Todas las intervenciones que se realizan sobre la mujer durante el parto afectan al bebé y pueden tener consecuencias graves sobre su salud

En España está implantado un modelo de atención obstétrica denominado «manejo activo del parto», nacido en Irlanda en los años 70. Podemos decir que la inmensa mayoría de las intervenciones realizadas sobre la parturienta o su hijo no responden a lo que se ha demostrado que es lo mejor.

La mujer debe contar con ayudas no farmacológicas si siente dolor. El agua, los masajes lumbares y la pelota de dilatación son algunos de ellos.

Si miramos este hecho desde la perspectiva del bebé que va a nacer se convierte en una cuestión doblemente grave. Afecta negativamente a la salud de la madre y también a la del recién nacido. La salud del bebé se cuida desde el embarazo, pero muy especialmente durante el parto y el postparto más inmediato. Busca información y pide para ti y tu hijo una atención obstétrica segura y saludable.

Toda intervención tiene sus riesgos y han de ser sopesados y compartidos con la mujer que va a dar a luz.

El parto es un proceso fisiológico y la evidencia científica actual confirma que debe ser lo menos intervenido posible para no interferir en la secreción de las hormonas que facilitan el parto

 

Toda intervención en el parto ha de ser sopesada cuidadosamente
Un parto seguro para la mujer es un parto seguro para el bebé

Si durante el parto no se utilizan drogas y se respetan los ritmos el bebé nace alerta y preparado, aprovechando los últimos recursos de la placenta que lo ha mantenido durante 42 semanas inicia la respiración pulmonar, encuentra el contacto cálido de su madre y pronto puede empezar a tomar las primeras gotas de calostro que serán su mejor alimento y medicina.

En el paritorio el ginecólogo o la matrona se hacen cargo del bebé tan pronto asoma al mundo; ellos están cuidando a tu hijo si te proporcionan un parto seguro. Cuando nace el bebé es el neonatólogo el que toma las riendas.

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