Efectos de las rutinas sobre el bebé

Riesgos para la madre y el recién nacido asociados a la medicalización y el excesivo intervencionismo en el parto.

Lo habitual en los partos hospitalarios, es que el paritorio no sea un lugar tranquilo y cálido. La mujer a menudo hace suyo el miedo de los profesionales a que algo salga mal. Esto, unido a la prisa por «sacar» al niño, el uso de drogas y analgesia, el exceso de actividad y de personal en el paritorio obstaculiza el delicado y perfecto equilibrio hormonal de la madre y el bebé.

Cuando estas intervenciones se realizan de forma innecesaria o rutinaria se coloca al bebé en una importante situación de riesgo añadido: la de ser separado de su madre al nacer.

La Organización Mundial de la Salud en su guía para la atención al parto normal, recomienda que la atención al parto normal, de bajo riesgo, se lleve a cabo con el menor intervencionismo posible y respetando, al máximo, la fisiología natural del parto. Cualquier intervención debe ser sopesada y la mujer que va a dar a luz ha de ser informada de su situación para elegir lo más conveniente.

De las intervenciones más habituales durante el parto algunas afectan más al bebé:

Cualquier intervención durante el parto afecta a la criatura.
Se debe sopesar cuidadosamente la necesidad de cualquier intervención, por pequeña que sea.
  • Las maniobras destinadas a acelerar el proceso de parto por motivos injustificados.
  • La inducción del proceso de parto ya sea con oxitocina o prostaglandinas.
  • La maniobra de Hamilton (separar manualmente las membranas del cuello del útero).
  • La rotura artificial de membranas (rotura de la bolsa por parte del personal sanitario).
  • Impedir la libertad de movimientos durante la dilatación y el expulsivo, así como limitar o impedir la ingesta de líquidos o alimentos de fácil digestión durante la dilatación.
  • Maniobras sin justificación científica, tales como la maniobra de Kristeller, que consiste en aplicar presión sobre la parte alta del útero para empujar al bebé hacia la salida. (Está prohibida en algunos países de nuestro entorno).
  • Asimismo la OMS recomienda el uso restringido de la analgesia epidural en favor de otros métodos alternativos para paliar el dolor, como es el uso del agua en el parto, la libertad de movimientos, la no utilización de oxitocina sintética, el calor y los masajes en la zona lumbar, entre otros.

La falta de respeto por la fisiología natural del parto ha demostrado aumentar de forma alarmante el número de cesáreas y de partos instrumentalizados en los que se hace uso demasiado frecuentemente de fórceps o ventosa para extraer al recién nacido.

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