Aumenta el riesgo de que la madre padezca Síndrome de Estrés Postraumático Posparto

¿Por qué me duele tanto? ¿Es normal que meses después del parto siga tan obsesionada y reviva mi cesárea a todas horas? ¿Por qué no puedo olvidarlo si al fin y al cabo mi hija está preciosa y todo nos va bien? Son preguntas que se hacen las madres que meses después de una cesárea o de un parto traumático siguen «obsesionadas», por decirlo de alguna manera con el parto… «¿Nacer por cesárea?». Dra. Ibone Olza y Dr. Enrique Lebrero.

Hay mujeres que reviven su parto continuamente, como quien que ve una película. Recuerdan la voz del médico pidiendo los fórceps o el llanto del bebé cuando se lo llevaban.

Para grabar en la mente la carita de nuestro bebé, para que su mirada incrédula quede siempre en la nuestra y que el olor del hijo recién parido nos impregne, el sistema hormonal convierte los momentos posteriores al parto en recuerdos grabados a fuego. Es la manera que tiene la naturaleza de asegurarse que la madre se enamora de la criatura. El bebé que se está inundando por las hormonas producidas durante el parto está dispuesto a observar a su madre y a memorizar su olor. Cruzan sus miradas y se produce el «imprinting» o impronta, que es el sello emocional que les une y el comienzo del vínculo.


Al placer de ver nacer a tu hijo se suma el de proporcionarle su mejor entorno y alimento.

Una mujer con Síndrome de Estrés Postraumático tendrá más dificultades para atender las necesidades del bebé y para comunicarse con los médicos. Sufrirá ansiedad y necesitará hablar constantemente de su parto.

El cerebro memoriza siempre esos momentos, así si te separan de tu hijo y esos momentos son de miedo, angustia o indefensión, será eso lo que te quede grabado: las voces del personal sanitario, la intranquilidad en quirófano, el miedo, la frustración…

Este bebé nació por cesárea, reposó sobre el pecho de su madre nada más nacer. Esto también es salud.

En los casos en que la madre está inconsciente cuando nace el bebé es muy normal que se despierte y esté sola, en ocasiones se informa a los familiares del resultado del nacimiento pero la madre, al estar aislada, desconoce esta información, llegando en algunos casos a pasar algunas horas sin saber incluso si su hijo vive. Evitando el aislamiento de la madre y no separando al bebé de la familia se consigue además evitar estas situaciones que en casi la totalidad de los casos generan un síndrome de estrés postraumático posparto.

Algunas mujeres tras la separación no reconocen al bebé como propio, no sienten deseos innatos de cogerlo, consolarlo, alimentarlo. Esto es una consecuencia del estado psicológico de la mujer que tras el parto ha sufrido separación. El entorno no ayuda, puesto que no entiende por qué la mujer no está feliz y radiante si todo ha salido «bien» y aparecen sentimientos de culpa en la mujer ya que se siente una mala madre.

                      Para asegurar tu salud y poder atender a tu hijo, pide que no os separen.

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